Huí!

En mi empleo organizaron una cosa fea de neuro*linguística impartida por un charlatán terrible de vocabulario reducidísimo. El curso terminaba a las seis pe eme, la entrada fue a las nueve. Mírenme, ¡logré escapar! Súper sabiamente se les ocurrió hacerlo en sábado, uy sí. El horario de comida era de dos a cuatro. Salí a probar unos mariscos deliciosos recomendados por Cristian y ya no volví.

'Estás profundamente metida en río, uno de tus pies siente arena y el otro piedras profundamente formadas por el paso del agua, hay jilguerillos por todo el lugar volando profundamente'. Mmta. 'Están en la mejor empresa, es un orgullo trabajar aquí'.

Una mujer lloró y otra dijo haber *llegado al cien* cuando recordaba EL MOMENTO MÁS FELIZ DE SU VIDA (que cosa tan noventas). La puerta estaba cerrada con cadena, tenía candado, el señor hablaba feo y se burló de mí por andar saltando en la galería interrumpiendo el trabajo de mis demás compañeros. Alguien necesita un curso de como dar cursos. Yo tenía hambre. Ahh, iré a comer chococrispis, al rato vuelvo.